Reseña: Azul Estocolmo - Carmen Sereno

Título: Azul Estocolmo
Autora: Carmen Sereno
Editorial: Chic
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"Él y yo volveríamos a encontrarnos en cualquier otra vida."

Ana Luna ya no trabaja en Laboratorios Grau. Es hora de buscar un nuevo empleo y sacarse a Eric de la cabeza. Y del corazón. Pero, ¿cómo se puede olvidar a alguien que se ha metido en lo más profundo de tu ser? Cuando por fin empieza a ver la luz al final del túnel y a recuperar el control de su vida, la repentina aparición de Eric y su inesperada propuesta pondrán a prueba su voluntad.

¿Aceptará Ana que su síndrome de Estocolmo nunca se irá?

Y aquiiiii por fin el desenlace de la historia. Con la primera parte nos tuviste enganchadas, cuando terminó fue como .. perdoooooona? No me puedes dejar así! No es justo! Y tengo que esperar cuánto? Eso no se le hace a un lector no no no! Jajaja.

Esas son las cosas que se aprecian de los libros, el hecho que sientas la necesidad de continuar una historia, que necesitas saber todo, absolutamente todo.

A mi, Síndrome de Estocolmo, me sacó de un parón muy grande que tuve, con el embarazo no leía mucho, porque tenía demasiado sueño jajaj, ahora con la niña tengo sueño también, jajaja, pero hemos llegado a acuerdos, ella me deja leer y yo me aguanto las ganas de dormir.

Y vamos con lo que nos interesa, que son los personajes .. en qué habían quedado? Luna tuvo una gran decepción con este cuerpazo de jefe, y delante de todos se ve humillada laboralmente hablando. Ha sido muy feo, que quede claro, así que ha pasado del amor todo lo puede, a me quedo sin trabajo y tú no has hecho nada de lo que te acusan.

Nuestra Luna pasa mucho tiempo en casa lamiéndose las heridas, y pensando en todo lo que pudo haber sido y lo que nunca será. Porque eso tiene claro ella, no se volverá a dejar embaucar por ese hombre, no señor ! No volverá a caer en esos brazos, ni volverá a ser tocada por esos labios de ensueño. Nada de eso!! Aparte que eso no podría pasar, él no ha sido capa de llamarla, no ha dicho nada de nada, ella ha quedado destrozada y él no ha movido un músculo por ella.

Eso es lo que más le duele, la ha roto, y puede que estos pedazos no se puedan arreglar tan fácil.

Aparte que la vida en casa con su compi de piso tampoco es muy idílica ahora, ella no quiere hacer nada, vive en cuatro paredes y él trata de ayudarla, pero no se están entendiendo, hasta el punto que no se hablan mucho para no tener que discutir.

Esto no puede seguir así, por lo que Luna decide que ya es hora de volver a ver la luz del sol y buscar trabajo, no será el mejor del mundo, pero algo encuentra.

Creemos que todo empieza a volver a su cauce,

cuando un día de lluvia, vuelve a aparecer él, siiiiii ahora aparece! Cuando creemos que ella deja de llorar por los rincones, vuelve él para descolocarla nuevamente, si esta pobre no termina en un psiquiatra, porque la autora es muy buena y no ha querido hacer una escena de ella encerrada en una habitación acolchada.

Y aquí es donde vuelve a ponerse su mundo patas arriba, y el de Eric tambien, que a pesar de todo y de todos los insultos que le dediqué tiene algo pensado, él ya tiene un plan para que ella vuelva, tiene cómplices y cree que lo tiene todo muy atado. Salvo que Luna no lo tiene tan claro, lo que pasó no se puede volver a repetir.

Aquí empieza su historia, ¿hasta dónde son capaces de llegar para ser felices? ¿Es cierto que el amor todo lo puede? ¿Serás capaz de no devorar este libro?

Porque Estocolmo parece un sitio frío, pero te enseñará que lo natural y lo real está ahí, veremos a Eric Grau de una forma que nos enamorará, y queremos tenerlo para siempre atado a la pata de la cama.

Carmen Sereno (Barcelona, 1982) es periodista y ha trabajado en diversos medios de comunicación y grandes corporaciones. Un día se dio cuenta de que había demasiadas historias por ahí que debían ser contadas y lo dejó todo para cumplir su gran sueño de ser escritora. Viajar es lo segundo que más le gusta después de escribir. Fotografiarlo todo, lo tercero. Habla varios idiomas y le apasionan los países nórdicos, sobre todo Suecia. De hecho, lleva la palabra «Estocolmo» tatuada en el brazo, aunque, cuando le preguntan, suele decir que es simbólico para hacerse la interesante. Está casada y tiene un hijo que, curiosamente, fue concebido en esa ciudad.

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