Cuando lees el título del libro no tienes ni idea de lo que puede ocurrir en la historia. Ni mucho menos que aquel café sería el comienzo de una bonita historia de amor.
Cuando se dice que los polos apuestos se atraen, ya no sólo se dice por la forma de ser o el tipo de carácter que nuestros personajes posean.
En esta historia nos encontramos con una chica joven, aparentemente muy liberal y muy abierta, ella es Lizzy una bella joven alocada.
William es todo un Sir, un caballero inglés en todo su significado, reservado en público ( de la intimidad no hablaremos , eso es mejor leerlo e imaginarlo ajaj).
Cuando ellos se encuentran se nota que hay una atracción, no quieren estar mucho tiempo separados, no importa ni que son de mundos distintos, ni que hay una diferencia de edad que a muchos los haría desechar cualquier tipo de relación .
Ella no cree en los cuentos de hadas, aunque su madre y su segundo nombre digan lo contrario, ¿ quién si no pondría Aurora a una hija con la idea de que algún día ella se convierta en una princesa ?.
Todos los ya sabemos que los cuentos no existen más que en los libros y en las peliculas de Disney o made in USA aptas para todo público. La vida es dura o todo lo dura que uno quiere que sea, la vida es trabajo y constancia, ojalá los príncipes azules existieran, si ese fuera el caso yo me pediría 2 , no vaya a ser que salga un poco raro jajaja.
Sinceramente es un libro que al leer la palabras fin, te queda una sonrisa en la cara, un libro que es muy fácil de leer, y que tiene de todo, muchos momentos para reír y otros para imaginarte lo que puede pasar. Es un libro muy sencillo y que se hace corto, como todo lo que escribe Megan, de 10.
Muy muy recomendado !
Os dejo la sinopsis del libro
Lizzy es una joven moderna y extrovertida a la que le encanta salir con sus peculiares amigos. Aunque no es ek trabajo de sus sueños, se gana la vida como camarera en el restaurante del hotel Villa Aguamarina de Madrid. Un día, a la salida de una fiesta en la que ha servido el catering a los invitados, ve que un coche se acerca peligrosamente a un hombre que está en la acera hablando por el móvil. Lizzy no lo piensa dos veces y va en su ayuda. Sin saberlo, acaba de evitar el atropello de William, el hijo del dueño del hotel. Serio, clásico, reservado y algo mayor que ella, en un principio se enfada al verse rodando por los suelos, pero minutos después se queda prendado con la muchacha que le ha salvado del accidente. A partir de ese instante, el destino, y más concretamente William, harán todo lo posible para que algo mágico suceda entre ellos. ¿Estará Lizzy preparada para lo que le depara el futuro? Si crees en los flechazos y no quieres dejar de sonreir, no te puedes perder Un café con sal, un relato que te enamorará.
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